Por Juan Tomás Valenzuela
Empezó Haina a moler,
cuál quien no quiere la cosa.
Cogién a Fernando Rosa,
ex director de Fonper.
También me enteré que ayer,
al hermano del ungido,
disque lo habían sorprendido
escondido en un armario,
con lo poco del erario
que aún no se había consumido.
Andan detrás de Candita,
de Temistocles Montás,
del de las plantas de gas
y del “novio” de Fefita.
De la hermanita proscrita
del señor procurador,
del “catador” de color
que no bebe romo malo,
del enano, de Gonzalo
y el ungido corruptor.
“Si no fuera porque al Cabo
se le acaban los minutos,
me hubiera dicho del puto
y su socio de Gurabo,
del de la planta de Itabo,
de la gente de Embraer,
de Pagán, del Canciller
y del Dr. Freddy Hidalgo,
hasta de mi… sin embargo,
me tendré que contener”.
Aquí está el mañoso al pecho,
buscando donde meterse,
y aquel que llegó a creerse
que le sacaría provecho,
al estado de derecho
que impusieron sus secuaces,
mejor es que haga las paces
con los presos de Najayo,
porque al primer pariguayo
que condenen al precinto,
no lo pasará distinto
que Pimpín “la flor de mayo”.
Aunque está convaleciente,
Miriam, está por la goma
y el que se crea que esto es broma,
que espere los expedientes.
La casta de delincuentes
que dirigían el partido,
desde Leonel al ungido,
pasando por los Montás,
pagarán en Alcatráz
por sus corruptos “descuidos”.
Juan de los Palotes
29 noviembre 2020